Las balas de Tejero

El día empezaba muy pronto, 8AM, o quizás es que el día anterior acabó muy tarde… ya no me acuerdo. El caso es que sin saber muy bien el porqué, llego un viernes en el que habíamos dado nuestra palabra, y nuestra firma, que íbamos a asistir a una actividad programada por el Comité Internacional de la universidad para visitar el Parlamento de Suecia. Y sí, a esas horas de la mañana muchas ideas rondaban la cabeza, pero sobre todo la de desertar, olvidarte de la actividad y de lo mucho o poco interesante que podía resultar. No obstante, y mas por buena fé y compromiso con los compañeros de Internacional ahí nos plantamos a una madrugadora hora en el centro de Estocolmo.

La visita, como os cuento, consistía en visitar el Parlamento de este país que nos ha dado cobijo en tiempos de crisis. Y definitivamente resultó una bocanada de espíritu democrático y una insuflación de respeto a la, en mi país, poco considerada clase política.

En Suecia resulta chocante descubrir que tienen un parlamento relativamente amplio, 349 miembros, frente a los 350 del Congreso de los diputados español. En un país que todo hay que decirlo tiene menos de un cuarto de la población de España. Pero lo más curioso no reside ahí sino en el concepto de política que tiene esta nación escandinava. Según nos contó la entusiasta guía, en el parlamento sueco llevan el tema de la representatividad de la sociedad a raja tabla. En esta cámara en torno al 20% de los miembros son suecos de primera generación, o lo que es lo mismo suecos hijos de emigrantes. Además existe un amplio baremo en la edad de los miembros, desde los 18 del más joven a los mas de 80 del más veterano, teniendo la edad media de los parlamentarios en 46 años. En el parlamento no existe una regulación específica con la paridad, pero no es motivo para que un 40% de los miembros sean “miembras”. Todo un reflejo de una sociedad nórdica como la sueca.

Por otra parte, la mujer hizo hincapié en un dato interesante desde la visión ibérica de la política. El parlamentario medio sueco no concibe esta como su principal trabajo, la mayoría de ellos son trabajadores estatales que dedican parte de su vida a desempeñar esta tarea para con sus conciudadanos. La política no es una profesión, sino una devoción. Además los parlamentarios cobran todos un sueldo establecido, estamos hablando de 50.000 coronas, o lo que es lo mismo en torno a 6000 euros mensuales. Un dinero que está por encima del sueldo medio del país: 32.000 coronas, pero que por supuesto no significa una forma de lucrarse. Como nos decía la guía, este trabajo está mal pagado para las horas y dedicación que desempeñan los miembros de la cámara.

En definitiva, importantes datos para tener en mente sobre el sistema político de este país. Relevantes y esclarecedores para una mente española como la mía. Todo sea dicho de paso, el parlamento tampoco tiene nada de especial, se trata de un edificio con una parte mas histórica y otra totalmente remodelada y moderna. Y eso es quizás signo y metáfora de todo lo anteriormente hablado. En Suecia todo parece más claro y limpio, mucho mas civilista. En España el Congreso es un edificio mucho más romántico, los miembros están envueltos de un aura de misticismo y elitismo. En España todo es más decimonónico, épico¿Dónde dices que están los tiros de Tejero?

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