Rescate a Estonia

Si mi único contacto con Tallin hasta la fecha había sido muy intenso, el destino nos aguardaba un frenético viaje a la capital de Estonia. Desde la misma compra de los billetes, 10 euros, por ida-vuelta y dos noches de camarote en el ferri, el viaje tenía algo de irracional, el trayecto por el Báltico refrendaría esa impresión.

Como factor principal de tan delirante pasaje hay que señalar al alcohol, especialmente ese duti-free que tantos estragos causa en estas situaciones. La posibilidad de comprar bebida de alta graduación a la mitad de precio que en Estocolmo es todo un aliciente. Además hace que la bonita labor de recolección de latas sea muy fructífera.

Y poco más que decir, un karaoke para el recuerdo, unos pistachos robados, y una borda del barco demasiado tranquila. Para mas inri, un flotador muy pequeño ante un Báltico muy grande. El resto, persecución policiaca incluida, es historia.

Por lo demás que voy a comentar en este post que el leído seguidor de este blog no conozca sobre Estonia. Una ciudad de tintes muy medievales, pequeña y coqueta, con torreones, almenas y murallas. Un casco antiguo con inclinadas calles totalmente empredadas, y una catedral de corte ortodoxo muy reseñable. Vamos, la capital de Estonia podría estar sacada de Exin Castillos.

Pulsen, we love you

Pido perdón de antemano por no mencionar en este espacio, un lugar tan insigne y necesario en nuestro devenir Erasmus durante todos estos meses. Un lugar incomparable, un lugar en sí indescriptible. La panacea de los supermercados, el rey del “dumping”, los genios del desorden, el caos, la entropía…. PUL-SEN. Como lo oyen, el futuro.

Estamos hablando de un lugar donde puedes hacer una compra semanal por poco mas de 40 euros. Donde una lata de Pringles puede costarte, si es tu dia de suerte, un mísero euro, donde un salmón de dos kilos y medio, con sus ojos poco hundidos y sus espinas no llega a diez euros. Donde el queso vale muchísimo o poquísimo. Una genialidad.

Y bueno, como no pudiera ser de otra forma, este magnifico supermercado respeta al máximo los derechos de trabajador e usuarios. Como muestra, es el supermercado que abre hasta más tarde, 10 de la noche, un horario de locos para Suecia, además de su oferta estrella: productos al 50% de su precio una vez caducados. Así que si no tienes mucha empatía por tu estómago, ninguno de los Erasmus la tenemos, puedes llevarte un rico zumo de naranja de dos litros expirado hace tres días por el razonable precio de diez koronas, poco mas de un euro.

Por último, y para deleite del personal, esto es lo que nos encontramos la última vez que nos acercamos a nuestro Pulsen de confianza:

En efecto, se trata de una salsa para acompañar ensaladas por el módico precio de ¡cero coronas!, una salsa que al parecer expiró en Febrero y que no dudamos en coger. Pulsen en muchos aspectos traspasa las líneas del comercio como lo conocemos, es pura innovación y falta de escrúpulos. Genera sentimientos opuestos. Por eso le amamos, jamás sabes que te vas a encontrar.

Euphoria eurovisiva

La ciudad todavía alumbrada por el sol, el agua del Baltico gélida pero con un tibio reflejo luminoso. El pub a las 9 de la noche empieza a llenarse, grupos de suecos, y especialmente suecas, se juntan para ver en compañía un evento muy tradicional en este país, no obstante lo han ganado en cuatro ocasiones, la ocasión mas famosa con el archiconocido cuarteto de Estocolmo que no nombraremos. Pura fascinación, ese es el sentimiento de esta gente por el festival.Una devoción que auguraba el victorioso resultado final. Varias pantallas gigantes, la música a todo volumen. Tanta preparación no podía ser en vano.

Las bebidas y la euforia tocan su culmen con la actuación local. Loreen es una artista salida del “Operación Triunfo” local, una cantante tremendamente respaldada por la prensa, Internet y sobre todo las radio formulas nacionales que la han convertido en una tendencia. Un fenómeno en el todo el país pone sus esperanzas un sábado por la noche. Tras su actuación, el respetable aprecia a nuestra representante, a Pastora Soler, que se lleva un puñado de aplausos, al igual que la actuación de Serbia. Al cabo de un rato, todas las cartas quedan sobre la mesa, y llega el momento definitivo de las votaciones. Suecia va recogiendo los primeros votos, casi todos los países apuestan por Loreen que pronto coge la cabeza.

El jolgorio empieza a inundar el local. Los 12 puntos empiezan a llover uno tras otro. Se celebran, se cantan, llega un momento que todo lo que no sea recibir la máxima puntuación resulta extraño. La ventaja primero con Rusia, luego con Serbia, no hace sino crecer.

Finalmente la victoria, que al principio se intuía se termina consolidando. Se establece una distancia abismal. Loreen arrasa. Un bonito triunfo que se celebra en Estocolmo como una victoria de futbol en Madrid. La final eurovisiva sirve de antesala para la noche de sábado. Un motivo para enchufarse a la noche. Nosotros que a raíz de nuestro viaje a Gotland nos hicimos férreos seguidores de Loreen, no somos menos.

Toda la campaña ha salido a pedir de boca. Suecia se corona y Euphoria resuena en cada esquina de la ciudad. Misión cumplida.

The Death Of You And Me

“Actually we are not living, we are dying”
Guilherme Grandini, poeta y Grande de Brasil

Nos adentramos en semanas de condensación emotiva. Todo empieza a sonar a medias despedidas, últimos momentos en este o el otro lugar. Últimas fiestas. Últimas clases. Últimos días para apreciar la belleza natural de la ciudad de Estocolmo. Una ciudad que bañada por los rayos de sol se torna mas encantadora que nunca.

Pero al mismo tiempo esta falta literal de tiempo, se convierte en, porqué no decirlo, un aliciente mas para exprimir nuestra estancia aquí. Tal es así, que tenemos nuestros planes y prioridades apuntadas en una improvisada lista, originalmente ticket de la compra. ¿Alguien tiene alguna duda de que completaremos todos los planes ahí escritos?

Y entonces; Gotland

Y como marineros que anhelan de olas, nos hacíamos a la mar por 4 vez en lo que va de mes. Le hemos cogido cariño al gélido mar Báltico. A nuestra llegada a Gotland, el azul turquesa de unas aguas que morían en una costa muy salvaje hacían prever la tónica de un fin de semana con lo mínimo, en una divertida aventura de supervivencia y ahorro que ha dado momentos de belleza estética muy destacables.

Pero empecemos por el principio: como somos gente sin ningún tipo de respeto por nada ni nadie, nos procuramos un bonito regreso de la Madre Patria, Rusia. En lugar de descansar tras una agotadora semana, lavar la ropa usada y reusada durante el viaje, y descargar las fotos del mismo, como haría todo hijo de vecino. Nosotros decidimos hacer repoker y tras dos días en Bjornkulla nos embarcamos de nuevo.

Dos días en una isla muy natural, sorprendentemente virgen y cargada de historia. Dos días para recorrer la isla de norte a sur, en un empeño de coast to coast, que nos llevó desde la preciosa ciudad de Visby, corazón de la isla, hasta el paraíso natural de Farö, lugar que vio los últimos años de vida de Ingmar Bergman, hasta los peñones y playas de rocas repletas de fosiles, pasando por nuestro primer intento de chapuzón en la costa sueca y una soleada mañana en las erosionadas y sorprendentes bellas rocas de Langhammar, que son esculpidas artísticamente por la naturaleza.

Todo ello con un hostal de cuatro ruedas llamado Saab 900. Debiamos hacer gala escandinava y en ese sentido no fallamos. Además si Gotland es famosa, es por dar localización a la mítica serie infantil Pippi Calzaslargas, ahí recogimos el testigo, y si bien no volamos con nuestro Saab creo que es lo único que le faltó a un fin de semana de diversión, dispersión y encuentro con la naturaleza.

Un auténtico vergel en forma de isla, que se gana la fama del turismo sueco pero que pienso es internacionalmente desconocida. De hecho, fuimos los primeros Erasmus en adentrarnos en ella. La experiencia no pudo ser mejor. Cuando la depresión post-sovietica amenazaba con atacarnos, ahí estuvo Gotland para mostrarnos la cara mas amable y “ecosistemica” de Suecia.

Back from the USSR (Parte III): Encantos y contrastes

Moscú tiene dos peculiaridades muy obvias, cualquiera que haya tenido el privilegio de visitarla creo que sabría fácilmente identificar que se trata de una ciudad hostil pero cálida al mismo tiempo. ¿No son términos opuestos? Me explico.

Una ciudad donde sus ciudadanos no hablan inglés, y sobre todo, no hacen el menor intento por hablarlo. Una ciudad donde un guarda de seguridad zarandea a un polizón de metro. Donde numerosas camareras como mesas-camilla, con aspecto de ama, observan impasibles y arrogantes la confusión del turista. Una ciudad con unos precios tan variables como tu nacionalidad, tus rasgos faciales o tu arrojo. Una cuestión de determinación. Moscú no es un sitio en el que dudar. Moscú es una ciudad hostil.

Al mismo tiempo, estamos hablando de una ciudad con una vasta cultura musical, y de danza. Bellisimos edificios dedicados al arte. Una universidad asombrosa. Un metro de dimensiones colosales y un propósito escultural. Un museo subterráneo al alcance de la clase mas humilde, quizás reflejo de aquella época en la que parecieron ser el centro del universo romántico/político. Jardines encantadores, plazas acogedoras. Paseos infinitos y siglos, muchos siglos, en las cúpulas de sus vigorosas catedrales. Un centro de la ciudad totalmente cautivador, con miles de rincones que rezuman historia e historias. Moscú es una ciudad cálida.

Back from the USSR (Parte II): Reflexiones camino de Moscú

5AM. La Guerra Fría existe. Tras 3 horas completamente tirados en la frontera estonio-rusa, el sol primero tímido, después radiante, nos recibe ya en tierras soviéticas.

Y son precisamente sovieticas. Tras el paso fronterizo nos adentramos en un pueblo, o región, quien sabe, llamado Topyk. Abandono, con todas sus letras. Un lugar donde la nada hace su significado más franco e hiriente. Una especie de páramo interminable donde unas pocas granjas decoran un paisaje, lúgubre, me imagino, en la noche. Optimistamente triste con los primeros rayos de sol.

Ningún rastro que indique que el siglo XX hizo acto de presencia. Una región agestre, donde en un alarde de inspiración romantico-historico podríamos imaginar que fue habitada por gente que un dia soñó con prosperar gracias a esas tierras, pero que en eso se quedó: en un sueño.

Back from the USSR (Parte I): Viaje a Riga

Mucho dorado, excesiva moqueta, demasiados espejos… una decoración totalmente kitsch reflejo de unos pasajeros kitsch. Viajamos en un una atmósfera rescatada de los 80. A bordo una fiesta que cumple a raja tabla el estereotipo de diversión tan bien establecido por el fenómeno del resort. Véase, el abecé: karaoke, maquinas tragaperras, jacuzzi y clases de salsa.

Un tambaleo constante, superior al de un tren, musicalidad en el choque de las botellas perfectamente dispuestas para un divertimento altamente alcohólico.

Obscenidad, el momento en el que unas rusas bien maduras toman la pista de baile y con ella el timón de este buque del capitalismo en mitad del Báltico. Bendita venganza. Stalin, quizás no aleccionaste lo suficiente a las generaciones venideras.

Quizás tu tampoco contabas con ese crucial factor llamado David Ghetta. Un crucero que navega entre el Leninismo y la cultura occidental.

Walpurgis y el cervatillo místico

Eran las 2 de la tarde, y desde nuestra la ventana de nuestra habitación se percibía una mágica aparición. Un ser que envolvía tanta naturaleza y armonía en su cornamenta y en su asustadizo hocico cada vez que estiraba y erguía el cuello en búsqueda de hierba. Una aparición fantástica que acaparaba toda nuestra atención, como la de un niño que visita por primera vez un zoológico. La mirada ensimismada y la boca irremediablemente abierta.

El famoso cervatillo de Björnkulla se acercaba a nuestro regazo, un animal salvaje en un entorno natural pero humanizado. Quizás esa era la señal inequívoca de que, en efecto, la primavera tocaba nuestra puerta, en este caso nuestra ventana en forma de silvestre regalo, unos minutos para apreciar la fauna autóctona y reencontrarnos con una naturaleza perdida en nuestra acotada y urbana mentalidad. El misticismo del cordero, o el cervatillo… lo mismo da, pero el ambiente era en sí muy místico.

Y en efecto, este fenómeno fue un anticipo, un anticipo fantástico para un día de tiempo esplendoroso que parecía haber sido acordado previamente, y es que hoy en Suecia se celebra la llegada de la primavera como antesala de una fiesta nacional mañana por el día del Trabajo. Un día de disfrute familiar, y disfrute de la ciudad. Como principal atracción una serie de eventos especiales en Skansen, el museo al aire libre, con marcado carácter escandinavo donde se pueden visitar distintas construcciones típicas del país así como, y aquí viene la paradoja, animales propios de Escandinavia.

Como colofón, un enorme fuego, que personalmente recordaba y traía muchas memorias de noches de San Juán, una hoguera con menos emoción que las ibéricas aunque quizás mas apreciada en este país ya que la alianza con el tiempo y la temperatura fue tal que permitió generar una atmósfera irrepetible para tal evento. Walpurgis lo llaman, lo dicho, ojalá haya llegado de verdad la primavera y ojalá se quede mucho tiempo entre nosotros. Hoy como pequeña muestra no ha estado nada pero que nada mal.

Las balas de Tejero

El día empezaba muy pronto, 8AM, o quizás es que el día anterior acabó muy tarde… ya no me acuerdo. El caso es que sin saber muy bien el porqué, llego un viernes en el que habíamos dado nuestra palabra, y nuestra firma, que íbamos a asistir a una actividad programada por el Comité Internacional de la universidad para visitar el Parlamento de Suecia. Y sí, a esas horas de la mañana muchas ideas rondaban la cabeza, pero sobre todo la de desertar, olvidarte de la actividad y de lo mucho o poco interesante que podía resultar. No obstante, y mas por buena fé y compromiso con los compañeros de Internacional ahí nos plantamos a una madrugadora hora en el centro de Estocolmo.

La visita, como os cuento, consistía en visitar el Parlamento de este país que nos ha dado cobijo en tiempos de crisis. Y definitivamente resultó una bocanada de espíritu democrático y una insuflación de respeto a la, en mi país, poco considerada clase política.

En Suecia resulta chocante descubrir que tienen un parlamento relativamente amplio, 349 miembros, frente a los 350 del Congreso de los diputados español. En un país que todo hay que decirlo tiene menos de un cuarto de la población de España. Pero lo más curioso no reside ahí sino en el concepto de política que tiene esta nación escandinava. Según nos contó la entusiasta guía, en el parlamento sueco llevan el tema de la representatividad de la sociedad a raja tabla. En esta cámara en torno al 20% de los miembros son suecos de primera generación, o lo que es lo mismo suecos hijos de emigrantes. Además existe un amplio baremo en la edad de los miembros, desde los 18 del más joven a los mas de 80 del más veterano, teniendo la edad media de los parlamentarios en 46 años. En el parlamento no existe una regulación específica con la paridad, pero no es motivo para que un 40% de los miembros sean “miembras”. Todo un reflejo de una sociedad nórdica como la sueca.

Por otra parte, la mujer hizo hincapié en un dato interesante desde la visión ibérica de la política. El parlamentario medio sueco no concibe esta como su principal trabajo, la mayoría de ellos son trabajadores estatales que dedican parte de su vida a desempeñar esta tarea para con sus conciudadanos. La política no es una profesión, sino una devoción. Además los parlamentarios cobran todos un sueldo establecido, estamos hablando de 50.000 coronas, o lo que es lo mismo en torno a 6000 euros mensuales. Un dinero que está por encima del sueldo medio del país: 32.000 coronas, pero que por supuesto no significa una forma de lucrarse. Como nos decía la guía, este trabajo está mal pagado para las horas y dedicación que desempeñan los miembros de la cámara.

En definitiva, importantes datos para tener en mente sobre el sistema político de este país. Relevantes y esclarecedores para una mente española como la mía. Todo sea dicho de paso, el parlamento tampoco tiene nada de especial, se trata de un edificio con una parte mas histórica y otra totalmente remodelada y moderna. Y eso es quizás signo y metáfora de todo lo anteriormente hablado. En Suecia todo parece más claro y limpio, mucho mas civilista. En España el Congreso es un edificio mucho más romántico, los miembros están envueltos de un aura de misticismo y elitismo. En España todo es más decimonónico, épico¿Dónde dices que están los tiros de Tejero?