El oro de Bangladesh

Mi conectividad se ve muy reducida debido a un curioso fenómeno que muchos ya conoceréis. En un país tan moderno y progresista como Suecia resulta que se produce la enorme paradoja, de que una residencia universitaria no tiene acceso a Internet. Esto es, gente que en su mayoría proviene de países extranjeros, y que además va a necesitar conexión a Internet para realizar tareas de la propia universidad, no tienen acceso a este preciado bien.

Pero además, en nuestra residencia vivimos una segunda paradoja, y es que estamos completamente conquistados por gente de asiática. En nuestro edificio predomina el curry y el arroz, el Bollywood y el criquet. En efecto señores, tenemos a una extensa comunidad de pakistaníes, indios y bangladesíes como vecinos; y como buena colonia acaparan los mas importantes recursos del edificio: cocina e internet. No quiero resultar xenófobo con esta reflexión, pero ¿no parece paradójico que personas de lugares con una bajísima tasa de acceso a internet controlen todas las conexiones del edificio? ¿Cúantos bangladesíes no se habrán conectado jamás a Internet?

En fin, veremos si las negociaciones llegan a buen puerto. Saludos desde Bjornkulla, capital de Bangladesh.

Ese gran paso

La última salida nocturna, las últimas cervezas, el último examen, el último sábado, el último domingo… la ultima cena. Parece que uno de los momentos clave en la vida de todo ser humano me ha llegado. Y no, no es que vaya a casarme, tener hijos, ni si quiera voy cambiar de credo. Algo más trascendental mañana empieza mi etapa ERASMUS.

Y es que creo que en los próximos meses voy a acordarme y venerar la figura de ese sabio holandés del Siglo XV. Y es que aunque el “Erasmus” de Erasmo fue a Italia, como mandan los cánones, Suecia tampoco parece un mal destino para los próximos 5 meses. Quedan ustedes convidados a no perder detalle de mis aventuras y desventuras por esta tierra de vikingos.

Desentrañaremos mitos y realidades, descifraremos el libro de tópicos, y sobre todo aprovecharemos para informar a las madres, benditas madres, de nuestra dieta escandinava. ¡Bienvenidos!