Atrapados en la red

https://i0.wp.com/comprarcelulares.com.mx/wp-content/uploads/2011/01/celulares-con-wifi-logo-2-celulares-baratos-243x300.jpg¡Albricias! Gracias al paquete que mi familia me mandó a Bjornkulla puedo decir que oficialmente tengo conexión regular a internet. Ha sido costoso, y sufrido, pero por fin puedo conectarme a través del ordenador. De esta forma podré estudiar, terminar trabajos, mandar emails y todas esas serias que se pueden hacer a través de un ordenador. Por supuesto nada que ver con redes sociales, skype o partidos de futbol.

Como os comentaba en episodios anteriores, uno de los temas más candentes e irritantes en la residencia es la conectividad a Internet. Mientras unos tiran con sticks, otros , como nosotros mantuvimos negociaciones con vecinos que, gracias a Dios, llegaron a buen puerto. El problema surgió en la inoperancia de mi portátil pese a poder contactar con la red wifi.

En fin, un pequeño problema que forma parte del pasado, y que podremos contar como una anécdota sin importancia. Créanme, aquí hay gente en una muy peor situación.

P.D: Que mejor que celebrar esta hazaña deleitandonos con los extremeño-londinenses mas internacionales y salados de la historia de nuestra música. Una gente que ya por finales de los 90’s se olía toda la revolución tecnológica de la que ahora nos aquejamos.

El oro de Bangladesh

Mi conectividad se ve muy reducida debido a un curioso fenómeno que muchos ya conoceréis. En un país tan moderno y progresista como Suecia resulta que se produce la enorme paradoja, de que una residencia universitaria no tiene acceso a Internet. Esto es, gente que en su mayoría proviene de países extranjeros, y que además va a necesitar conexión a Internet para realizar tareas de la propia universidad, no tienen acceso a este preciado bien.

Pero además, en nuestra residencia vivimos una segunda paradoja, y es que estamos completamente conquistados por gente de asiática. En nuestro edificio predomina el curry y el arroz, el Bollywood y el criquet. En efecto señores, tenemos a una extensa comunidad de pakistaníes, indios y bangladesíes como vecinos; y como buena colonia acaparan los mas importantes recursos del edificio: cocina e internet. No quiero resultar xenófobo con esta reflexión, pero ¿no parece paradójico que personas de lugares con una bajísima tasa de acceso a internet controlen todas las conexiones del edificio? ¿Cúantos bangladesíes no se habrán conectado jamás a Internet?

En fin, veremos si las negociaciones llegan a buen puerto. Saludos desde Bjornkulla, capital de Bangladesh.